November 30, 2009

Visionarios y Soñadores (III)


¡Aquí no te enterramos, aquí te sembramos mi General Zapata!
-una frase inspiradora-



Cuando el pueblo quiere un líder, levanta piedras y lo encuentra, si es blanco lo hace negro, lo dibuja a su gusto y a antojo, le pone barba y cayado. Le atribuye poderes sobrenaturales, lo asciende a las estrellas y le construye un trono parecido al de Zeus. Vitorea incansantemente cuando éste camina en medio de él. Colorea placas en las paredes, pancartas de salutaciones y las columnas se corvan humildente frente a su lider. ¡Hermoso paisaje de sumisión!. Y el pueblo ama y vive para su líder. Reune oro con el sacrificio de sus manos para envestirlo de blasones. No se dá cuenta el muy servil que solamente él ama y que falta poco para que se borre el espejismo.

Cuando el pueblo se prepara para un líder, apedrea y derrumba los altares, corta cabezas y las tira al abismo, ara su conciencia y escoge la semilla, se limpia las manos y después empuña las armas. Limpia el camino, espera la lluvia y construye sus murallas. Extiende el plan perfectamente marcado y señala los puntos débiles que hay que reforzar. El pueblo tiene un lenguaje, vestido y color que lo distingue. Sabe que el tiempo de la espera se acaba. Construye un escudo fundado en la verdad y justicia. La maldita pobreza empieza a temblar y el abuso corre desnudo. Los columnas podridas con orines del antiguo dominio se vuelven arena. Entonces valientemente el pueblo ha podido levantar su cérviz.

Cuando el pueblo sabe que merece un líder, lo recibe cuando lo vé salir de las profundidades, reconoce sus cicatrices de injusticia y valora su ascendencia. Lo vé como uno de los suyos y deja que el líder lo represente. Pide y recibe equitativamente, justicia, protección y derechos. En él se concretan las realidades y se siguen tejiendo los sueños. Y el líder vive para su pueblo mientras éste va tomando su forma y cualidades, sus virtudes y sus fuerzas. Es el cumplimiento de lo esperado, de una estación, es el tiempo de las cosechas de la multiplicación del pan en la mesa de los pobres. El pueblo rebosa de justicia y la época de los malos tiempos es un víl e insignificante recuerdo. . .



photo: Mural en Chiapas.