January 29, 2018

Viviendo y sobreviviendo. IV PARTE.


Ya les conté más o menos cómo empecé con los ataques de pánico y de como rehusé tomar ansiolíticos, no digo que estos sean malos, si a alguien le funcionan tómelos como dice la receta y a seguir con la vida.

Para mí fue un vía crucis, tenía una carga tan pesada en mi espalda que estaba siendo muy difícil seguir viviendo así. Hasta hace poco mi esposo me confesó que él pensó en algún momento que si eso continuaba él había pensado en apartar a los niños de mi porque ya no confiaba en dejarlos a  mi cuidado. A continuación algunas cosas que hice y otras que continúo haciendo para llevar una vida productiva.

1- primero fui con una gastroenteróloga, se dieron cuenta que tenía úlceras y que eso afectaba mi sistema nervioso, cambié mi dieta paso a paso. Tomé mucha agua, dejé las sodas y el café, nada que pudiera alterarme, entre ellos embutidos y comidas demasiado grasosas. Pasé como dos meses tomando sopas y tés. -Sí funcionó, me sentí más ligera y mis úlceras sanaron-

2- Me vitaminé, empecé a tomar complejo B12, hierro, vitamina D, C y Fish Oil. Eso empezó a equilibrarme y los mareos disminuyeron.

3- Fui a varias sesiones de acupuntura que me sacaron los ojos, demasiado caro para mi bolsillo y las dejé, si funcionaron pero no terminé el tratamiento.

4- Caminaba (camino) mucho, 40 o 1 hora diaria, aún en el frío invierno de New York, cuando llegó la primavera empecé a correr y eso fue como oxigenar mi cuerpo. Me ayudaba a relajarme y dormir tranquilamente a pesar que varias veces desperté con la sensación de ahogamiento, obvio, eran ataques de pánico que no querían soltarme. Esos duraban dos a cinco minutos y volvía a regresar a la cama a dormir.

5- Varias veces vi videos en Youtube de gente, que pausa aparte Dios la bendiga, que te enseña a como relajarte y saber que solo es un ataque de pánico y que no te va a pasar nada. Algunas veces intenté hipnotizarme, suena fumado pero hasta eso hice.

6- Nunca tuve vergüenza de decir lo que me estaba pasando, lo supo  mi familia, mis amigos y todos esos con sus oraciones y buenas vibras me ayudaron a salir de esto.

7- Me puse retos pequeños de estabilidad emocional. Si sentía que amanecía rara o mareada empezaba a repetir un mantra personal que me ayudaba a mantenerme alejada del miedo. Ustedes pueden crear uno verán que sí funciona.

8- Obviamente encontré el origen de los ataques de pánico, eso sí es muy personal para ponerlo acá, y me di cuenta que había estado llenando una bolsa de basura que estalló y contaminó mi salud mental.

¿Qué les puedo decir? Pueden ser consejos demasiados simples, funcionaron en mí. Y quizá funcionen en ustedes. Suerte con eso.

Sólo recuerdo las palabras que me dijo mi amigo José Miguel, @joendaba "a pesar que no estás sola en esto, solo hay una persona que puede ayudarte y sos vos misma, la actitud es importante y determinate en salir adelante, lo vas a lograr".

-Suerte a todos. No están solos por mucho que se los esté llevando la gran puta, siempre hay alguien que está para escucharlo a uno desde ese obscuro túnel. Los gritos de ayuda siempre los escuchan las personas que nos aman.

He dicho!

January 19, 2018

Empezó la lucha entre el bien y el mal. Parte III


¡Los rudos los rudos los rudos los rudos los ruuuuuudos!

Decía que fui a la sala de psiquiatría del hospital Coney Island. ¡No tienen idea!. Recuerdo que la cita fue a las 7 de la noche, tan mal o tan bien estamos que la sala de consultas de psiquiatría se cierra a las 12.

Si tuviera que pintar ese día lo haría en tonos claroscuro yo iba en el limbo sin saber que pasaba con mi emociones y pensamientos. Me dieron una hoja que llenara con respuestas simples del 1 al 10. Y bueh... esto voy a tratar de escribirlo con todos los detalles porque merece la pena hacer énfasis en los consejos que recibí y cual decisión tomé para salir de esto.

Mientras esperaba que tomaran mis datos e hicieran un archivo con mis males, estuve en la sala de espera con lentes oscuros (¡sí, eran las 7.30 de la noche!) y lo único que hacía era llorar involuntariamente y desesperadamente. Ya saben lo que pasa, al tener más de 20 minutos los pacientes empiezan a platicarse unos a otros sobre los achaques, una señora me preguntó qué me pasaba y le contesté que no tenía ni idea y seguía llorando. "Tan chula la vieja cerotea me dijo, así estaba yo fíjese, sentía que iba a volverme loca, pero no se preocupe aquí van a ayudarla, mire yo fui a parar hasta 'a donde están los locos', pasaba noches sin dormir y de pronto me veía al espejo y me daba cuenta como empezaban a salirme cuernos, una noche le vi a mi nuera cara de monstruo, así como el diablo y no quería que nadie se me acercara". Lo primero que pensé fue, esta señora se está cagando en mí, me ve que estoy desesperada y sus palabras de aliento me están dando más miedo que otra cosa.

Ella me seguía contando que le dieron antidepresivos por unos cuantos meses y le funcionó, pero lo que sí la curó fue la medicina que receta el doctor Pato, ése que sale en la radio. No pos, con ese nombre ni lo quiero conocer.

Al fin, entré con la doctora y me dijo, tú estás deprimida, todo lo que contestaste en la hoja es claramente depresión, antes de pasarte con el psiquiatra vi que tienes anemia, estás baja de vitamina D, de hierro y es urgente que te trates eso. Voy darte unas recetas y si en tres meses no te funciona hablamos de transfución, voy a chequearte la tiroides porque puede ser hormonal y como ya tienes 40 tienes que cuidarte, entra a la siguiente puerta allí te espera el psiquiatra.

Entré y me preguntó que me pasaba le conté cómo iniciaron mis ataques de pánico me dijo que si había problemas en mi vida, le dije que no, que para mí esto era de la nada que no entendía la tristeza tan grande que sentía y me dijo, okay voy a darte antidepresivos, me negué rotundamente e insistió que era necesarios que solamente iban a ser 6 meses, que era una dósis muy pequeña de PAROXETINE y que empezara tomando un cuarto de pastilla, desde hoy, y al tercer día podía tomarme la pastilla completa que yo iba a notar la diferencia. Me dejó cita en su clínica para verlo en una semana.

En fin, me tomé el cuarto de pastilla tal como lo dijo y esa cosa me noqueó, así, al zuaas!. Al otro día no pude levantarme a dejar a los niños a la escuela y anduve como zombie todo el día, no cociné no levanté el reguero ni hice nada, no podía. Luego por la noche volví a tomarme el otro cuarto de pastilla y fue peor, esa vaina me dejó en un modo automático, caminaba porque tenía que caminar, iba al baño porque a huevos tenía que ir y así lo hice por 4 días. Fue inútil. Desistí de esa mierda, no funcionaba para mí, perdí el tacto, ¡en serio! ni la comida tenía sabor ni sentía cuando me tocaba, ¡nada!. Estaba anesteciada completamente y tiré esas pastillas a la mierda, si en cuatro días me puso así no quiero pensar en 6 meses.

Decidí que iba a tomar cosas alternativas para volver a recuperar mi vida, sí es que se podía, porque a estas alturas yo no creía que iba a volver a ser  la misma, mi amiga Amy me decía, "vas a volver a tener tu vida de vuelta y será mucho mejor ya verás". ¡Cuánto agradezco sus palabras!. A pesar que en ese momento mi fe me había abandonado por completo. Yo no creía que iba a volver a pasar, pensé que ése era el inicio del fin.

Quizá algo bueno he hecho en la vida o la providencia me ayudó, sepaputas, pero empecé a buscar alternativas diferentes para curarme, recordé que la anemia siempre me ha acompañado en mi vida y que una vez estuve a punto de morirme debido a eso. Así que empecé a vitaminarme como Dios y la Santísima Virgen de Cantinflas lo mandan.

Fui a la cita a la clínica del psiquiatra y me atendió una doctora afroamericana, me dijo que ella era la representante del doctor que también tenía un doctorado en psiquiatría y que iba a ayudarme en todo. Me dejó hablar pues le repetí tooooda la historia de primer ataque de pánico le conté que tiré las pastillas por el inodoro y ¡oh sorpresa! me dijo, ¿Quieres intentar con otras pastillas? Le dije, NO.

Nunca voy a olvidar su mirada, me vio fijamente y me dijo, "creo en tí, no te conozco, pero se ve que eres valiente". Si tú me dices que no hay problemas en tu vida te creo, pero esto no es de ahora, algo lo originó y juntas vamos a saber qué fue y juntas vamos a encontrar la solución. Recuerdo que me puse en cuclillas y lloré casi gritando ella no se acercó a mi, al contrario se alejó y quitó las sillas que estaban haciendo estorbo por si depronto yo empezaba a moshear y quizá agarró una 9 milímetros por si me le iba encima. Ya en serio, se alejó y me dió tiempo a desahogarme sin preguntas. Después de que lloré y llegué a la posición fetal me ayudó a levantarme y me abrazó fuerte, me dio su número de celular disponible a que la llamara a cualquier hora e insistió en que me vitaminara que caminara que hiciera unos ejercicios de relajación, a continuación me dio un folleto y prometí regresar a verla en una semana.

¿Qué si se repitieron los ataques de pánico? ¡Por supuesto! Y cada vez venían con más fuerza y se quedaban por más tiempo, algunas personas dicen que tardan 5 minutos, a mí me tardaban 3 horas y era de morirme, pues ahora ya se me dormía la boca las orejas, mi visión era pobre, mis rodillas se debilitaban y mi arrastraba a mi familia al borde la locura con esos episodios. Pero una cosa tenía clara NO IBA A TOMAR ANSIOLÍTOCOS, MI HUEVO, NO.

Y no los tomé... en siguiente capítulo de esta interesante serie voy a contarles qué hice para controlarlos.

Stay tuned.
 

January 11, 2018

El Padrino Parte II, digo, NO SEMOS NADA PARTE II.


Como les conté, el segundo ataque de pánico lo tuve el 16 de Septiembre del 2016, a pocos días del primero y me cagué. Pasé la noche en casi en vela y en una desesperación que los gringos llaman "despersonalization", ¿On toy quién soy?. Recuerdo que llamé en un mar de lágrimas a Beatriz Caicedo, una amiga en Guatemala y ella me decía, "Brenda, busca ayuda profesional inmediatamente, no te quedes así, ve al hospital haz algo". Jamás voy a poder pagarle el apoyo incondicional que me brindó en esos momentos de ansiedad.

Ese día me fui a otro hospital intentando recibir otro diagnóstico, cuando llegué con la enfermera que atiende en la entrada de la sala de urgencias me preguntó en qué podía ayudarme y lo único que hice fue verla, llorar y le dije, "No sé que me pasa, siento que estoy volviendome loca", "Tengo una vergüenza enorme y no sé que tengo, solo siento que estoy muriendome y no puedo controlar el miedo". Ella se levantó del escritorio fue a abrazarme y me dijo, todo está bien, ahora mismo te ayudamos, inmediatamente llegó una enfermera de casi dos metros de estatura y me dije, ¡Puta madre, con esta no puedo resistirme a la camisa de fuerza!. Me trató con tanto cariño y me llevó al área de psiquiatría.

Fue repetir una y otra vez lo mismo, no estoy drogada, ni ebria, tengo miedo, siento que  me estoy muriendo, no soy yo, no sé que tengo, mi corazón está latiendo rapidísimo, náuseas, mareos, vista borrosa, etc.

Me quitaron todo, cecular, dinero, todo. Y me acostaron en una camilla, solo pedí que dejaran mis lentes oscuros para que la gente no me viera mi dolor ni como las pestañas postizas se despegaban de mis ojos azules como el mar, o mejor dicho no quería que me vieran llorar como desquiciada. Al lado de mi cama estaba una muchacha que me preguntó si yo hablaba español, le dije que sí y me dijo: "usted tiene lo mismo que yo, ¿verdad que es feo?" "Yo dejé de trabajar porque no puedo andar sola en la calle, "tengo miedo de tener miedo" (¡Eso!), estoy con 6 meses de embarazo y vine por voluntad propia a internarme porque quiero quitarme la vida y no es justo para mi esposo ni para mi hijo, mi vida se fue completamente al vacío".

Me impactó tanto lo que dijo que entendí que lo que yo tenía apenas empezaba y si no me trataba ésto iba a empeorar y por la gran puta, yo tengo hijos, padres, hermanos, una familia que me apoya y me tengo a mi mismi y buéh... lo único que recuerdo haberle dicho fue, ánimo usted se va a recuperar, en el embarazo pasan cosas extrañas. ¿Y pues, qué más le decía, si yo estaba igual de perdida?.

Aún recuerdo la desesperación en su cara, la llevaron a uno de los pisos para internarla y solo le dije que todo iba a estar bien. Por mi camilla pasaron 7 doctores, 3 de ellos psiquiatras, diciéndome que si estaba sufriendo de algún abuso familiar, si mi vida estaba en peligro y varias preguntas que para mí eran estúpidas porque para mí ésto había aparecido de la nada. Volvieron a darme una receta de Alprazolam de la dósis mínima y que la tomara en caso de que se repitiera y que urgentemente buscara ayuda psiquiátrica.

Salí del hospital nuevamente, ya con un relajante que me ponía más en 'pánico pasivo' porque al final yo quería controlar eso desde mis fuerzas no con ansiolíticos y llamé a mi amiga Amy, otro pilar fraternal importantísimo en este oscuro túnel y ella solo me repetía que todo iba a estar bien que fuera a traer la receta y que tuviera las pastillas en caso de algo más y que por favor la llamara por cualquier cosa no importando la hora.

Sin saber que esto era el inicio de unos meses de ansiedad llegué a mi casa totalmente perdida, a veces llevaba a los niños a la escuela, a veces buscaba excusas para comprarles comida de la calle, no me daban ganas de cocinar ni de comer (todo esto en un lapso de aproximadamente un mes) y me la pasaba pensando en cuándo iba a repetirse otro episodio. No quería quedarme sola en casa, llamaba a don Filisteo al trabajo para decirle que se regresara que ahora sí me estaba dando un ataque al miocardio y uff! traía a mis amigas Bea y Amy en la bolsa del pantalón, no sé cómo aguantaron tanta chilladera en el teléfono.

Empecé a perder peso, no comía y me resistía ir al psiquiatra porque no quería ansiolíticos. Hasta que se repitió nuevamente otro ataque de pánico y este vino con toda la fuerza oscura que tardó dos días ininterrumpidos, sólo me daba respiro por media hora y empezaban los síntomas físicos, dolor en el brazo izquierdo, dolor "en el corazón", un nudo en el estómago, las rodillas se debilitaban, mi vista borrosa completamente y vértigo. Lo único bueno, si es que puede haberlo, fue que nunca tuve deseos suicidas, bueno sí, un día pensé en caminar hasta el puente Verrazano y tirarme de allí pero solo la idea del intento me aterraba, en mi caso era miedo a la muerte, recuerdo que un día le dije a don Filisteo, si alguna vez te das cuenta que voy a atentar contra mi vida, llama a la policía inmediatamente no vayas a permitir que me mate, mejor mátame a besos papasito y cogíamos... No ya en serio, se lo pedí encarecidamente y él solo me abrazaba y me decía, "ya va a pasar, tranquila, pide una cita con la psiquiatra".

Esa noche antes de ir al hospital por terapia profesional, estabamos durmiendo y que de pronto abro los ojos y empiezo a gritarle a mi esposo... ¡Me quedé ciega, me quedé ciega! Les juro, no veía nada, y él que en su vida me había insultado me dijo: "NO SEAS MENSA, LAS LUCES ESTÁN APAGADAS".

Y no posí, las luces estaban apagadas y fue allí donde me di cuenta  que mis ataques de pánico estaban arrastrando a mi familia al mismo abismo y que si no hacía algo todo iba a empeorar, si ésto pasaba en un mes qué me esperaba los próximos años de mi vida.


Entonces fui a la psiquiatría del hospital Coney Island...

-CONTINUARÁ...

January 10, 2018

No semos nada.


Fue un Domingo, 4 de Septiembre. No voy a olvidarlo porque ese día estuvo lleno de matices, había terminado el amigurumi de la Madre Teresa de Calcuta, ese día mi hija insistió en ir a comprar útiles a Staples y yo andaba sin ganas de salir a la calle.

Recuerdo que me llevé el amigurumi y lo fotografié en un cerco de una casa preciosa, la humedad ese día era tan terrible que en el camino me quité las gafas varias veces porque sentía que algo estaba pasando conmigo y no sabía que diablos era. Estuvimos en la interminable fila Staples y finalmente salimos, pasamos a comer algo y de regreso pensé en llevar a la Madre Teresa al cliente, pero seguía sintíendome rara, MUY RARA.

Cuando llegué a casa mi esposo estaba barriendo la sala y le dije que no me sentía bien y que iba a recostarme un ratito, me hizo una broma como 'has de estar muy casanda por estar limpiando' y eso me molestó a pesar que siempre bromeamos de esa manera y me recosté, había pasado quizá una hora, él estaba sentado en la silla del dormitorio y mi mano estaba completamente dormida y le dije, -¡Oye! se me durmió la mano y después empezó a dormirse el brazo izquierdo la pierna y toda la parte izquierda de mi cuerpo-. Fui al baño, regresé y le dije, esto es un ataque cardiaco, llama por favor al 911 no puedo moverme. Don Filisteo, que siempre guarda la calma lo vi por primera vez preocupado y me dijo, tranquila, dice la operadora que te de una aspirina y que esperemos a la ambulancia.

Para eso, yo andaba dando vueltas por el apartamento, diciendo, "me voy a morir, cuida a los niños por favor" y él que ya estaba desesperado solo me decía, "cállate, no es nada ya vienen los paramédicos".

En  un momento estaban tocando la puerta , me subieron a la ambulancia y empezó la incoherencia, me dijeron que sentía y lo describí como "se me paró el corazón, no lo siento", ellos se reían y me decían, "creéme si se te hubiera parado el corazón, no estarías hablando conmigo" y yo, como fuera de sí volvía a insistir que mi corazón ya no latía. Uno de ellos me preguntó si había bebido algo o tomado alguna droga y yo le decía que no, narré mi día y estaba histérica porque según yo me estaba muriendo.

Uno de ellos dijo, "es un ataque de pánico". ¡Puta madre! ¿Qué es esa mierda?, pensé, de qué me hablan estos. Llamaron a un paramédico que me hizo un electrocardiograma y confirmó que todo estaba bien, solamente que tenía la presión arterial un poco alta pero era porque estaba asustada, que tratara de calmarme, me dijeron que podía regresar a mi casa e insistí en que por favor me llevaran al hospital porque según yo ellos me mentían.

Llegué al hospital y los doctores me hicieron rayos x, electrocardiogramas y cuánto la gran porque yo insistía en que me estaba muriendo y lloraba descontroladamente, dije que se me estaba cerrando la garganta (en realidad eso sentía) y todo fue: "tú estás completamente sana, solamente que tuviste un ataque de pánico, vamos a darte una calmante, la dósis más pequeña, te vamos a dar una receta en caso que vuelva a suceder y un "follow up prescription" para que te vea un psicológo. Cagadales.

Desde ese día mi vida no fue igual, me quedé con miedo que volviera pasar y no quería quedarme sola en la casa, las yemas de los dedos hormigueaban sentía punzadas en el corazón, sentía que algo me hacía cosquillas en la garganta y que no podía comer, mi vista empezó a nublarse, tenía mareos todo el día y mi vida se convirtió en un estado gris de preocupaciones y tristezas.

Después llegó otro espisodio, fue el 16 de Septiembre, estabamos acostados y de pronto me desperté y le dije a mi esposo, ¡Oye, ahora si es un ataque al corazón! y él con la paciencia del mundo me dijo, ya te dijo el doctor es una ataque de pánico, tranquilízate, el sueño le ganó y me fui a la cocina a tirarme al suelo a llorar porqrue sentía que estaba muriéndome. Llegó mi cuñado que es policía de la ciudad de New York y que en ese tiempo vivía con nosotros y cuando me vio tirada en el suelo, me levantó y me abrazó fuerte y me dijo, salgamos a caminar, tranquilízate, todo está bien, solo toma aire. Recuerdo que salimos como a las 12 de la noche y yo pegaba de gritos en la calle, la gente que me vió ha de haber creído que yo andaba drogada o saber qué y bueno, al otro día me fui a la emergencia de otro hospital a pedir una segunda opinión.

Me dijeron exactamente lo mismo pero lo que sucedió en ese hospital me puso los pelos de punta...


-CONTINUARÁ...

November 12, 2017

No digas puta, por el amor a Cristo.








A lo largo de mi vida, que ya es bastante porque oficialmente tengo 40, he recibido un tzingo de insultos. Alguna vez alguien me llamó puta, así de frente. Y en las reuniones con las amigas no faltaba el chisme y siempre estaba la que trataba a alguien como puta sólo porque no le caía bien, envidia o qué se yo.

Mi madre, que es un santa, siempre nos dio el mejor de los ejemplos, a ninguna mujer se le dice PUTA. Vamos, crecí con esa enseñanza y evito usarlo.

Aunque nos hagamos lo mensos todos sabemos lo que significa decirle puta a una mujer, y por alguna razón lo diferenciamos de prostituta. Es decir, una puta es una chava 'fácil' que se mete con quién se le da la gana y rola las nalguitas cuando ella quiere porque al final, son de ella. Una prostituta ya se sabe que es una mujer que recibe dinero por sexo, que trabaja de coger. Pero, por alguna razón la palabra puta anda de boca en boca y es la forma más denigrante de tratar a una mujer y se lo gana 'la muy puta' porque anda en minifalda o eseñando las chiches. Re-puta.

Va, hasta allí vamos bien. Sigamos diciendole puta a cualquiera que nos vemos bien bonitas y hasta alcanzamos una posición moral y de dignidad muy alta. Le agradezco a Dios, porque aquí donde me ven son creyente y medio-aleluya, que no me haya dado un derrrame porque cada vez que leo y escucho esa palabra viniendo de una chava se me alteran los nervios, me dan ganas de echar riata, me pongo como una supersayayina pues. Así, a secas.

Ya saben que me volví tuitera, y dejé de escribir en mi Chisgarabís, y allá en el tuiter la onda es bien diferente y yo ando enseñando el calzón cuando se me sube la falda o escribiendo 'tuits PUTISEXOSOS' como indirectamente me llamaron. Porque tuiter es una plataforma de crítica social bien encabronada. Un día somos defensores feministas y al otro día, qué digo al otro día, al ratito pues, se nos sale el heteropatriarcado que todos llevamos dentro. En mi caso y por lo chaparra es un pigmeo machista.

Y pos allá en el año mil novecientos muy presente tengo yo que Rosita Alvírez fue asesinada vilmente solo porque la muy puta desairó al Hipólito.  ¿Y pues de quién fue la culpa, a ver? de la Rosita, a huevo, quién la manda a ser tan digna con su propio cuerpo y bailar con quién ella quería. De plano andaba bailando bien putisexosa con el otro vato. Se rumora y se canta.

En un foro post-navideño con mis cuatas discutíamos con cerveza y cigarros en mano sobre la participación culpable de la víctima en los asesinatos, por ejemplo la Martina, se la llevó al tzingada por puta, infiel, mentirosa y otras tantas cosas. Vaya, es que la Martina hasta parece sextuitera.

Hasta aquí llevó varios párrafos escribiendo y tratando a las mujeres de putas y no me simpatiza. Tengo miles de defectos aún no me declaro feminista porque qué clavo, pero sé que lo soy y el camino está lleno de lecciones, que debo reconceptualizar mi ejercicio femenimo en una sociedad turbia. Me niego a utilizar el témino en privado o con amigas cercanas, no es parte de mi vocabulario aún así alguna chata me desagrade. Aunque sé que el reto es la sororidad cosa que estoy lejos de alcanzar, pero no digo nunca, los hábitos son escenciales así sean restarle palabras denigrantes a nuestro léxico. Se puede vivir sin llamar a otras putas y qué bien se siente.

Reafirmar que no hacemos algo es exponerse al ojo chismoso porque a mí me gusta decir "hijo de puta!", me acorta el camino y siento que en esa palabra van todas las maldiciones del mundo. (¿A verdad?). Vieron, no estoy tan lejos de lo que critiqué líneas atrás, aunque es muy diferente y espero no tener que explicar el porqué.

En pocas palabras yo sólo venía a compartir una de las miles de inseguridades que tenemos las mujeres, la intimidación que nos provoca que otra sea capaz de ser tan libre y tomarse selfies enseñando la chiches, las piernas, las nalgas, las amígdalas, el dedo mequiñe...y pos eso, don't be a macho man. So beat it!

He dicho!