A propósito de Galeano. . .

Y bien, sí; también tenemos ojos en la nuca, además de tenerlos en la cara, y a mucha honra, que bien sabemos que es imprescindible mirar hacia atrás mientras se mira hacia adelante, para no volver a tropezar con las piedras mil veces tropezadas ni caer nuevamente en las trampas de siempre. A esta altura ya está de sobra demostrado, y demostrado por los hechos, que la amnesia histórica induce a la trágica repetición de los errores y de los horrores.
-Nosotros decimos No, crónicas (1963/1988) .
Eduardo Galeano.

Con la controversia y mala leche de sus detractores que intentan pisar cola, a Galeano se le puede acusar de borrar fronteras con sus libros, de meterse debajo de la venda y mostrar las dimensiones de la tragedia de América, los horrores de la guerras, el daño casi irreparable que hace en la concencia, las religiones, los mitos, el abuso de poder, los prejuicios y el estimar por colores las piel de los habitantes de las zonas pobladas y olvidadas -y las no olvidadas- de nuestros países (ejemplos y más ejemplos).

Sus libros son como pasaportes con sellos de aduanas nicaragüenses, salvadoreñas, brasileñas, peruanas, argentinas hasta saltando el mar de los continentes vecinos. ¿National Geographic o Discovery Channel señito? no, ninguno de los dos, es más bien un viaje con acceso a las memorias y registros orales de nuestro pasado.
Ésa indignación que queda después de leer la última página de sus libros, se mezcla también con la capacidad de ver entre tanto sufrimiento a seres humanos que a pesar de la tortura, la pobreza, la injusticia y tantas charadas que se vienen acarreando y que por supuesto no carecen de culpables, y que aún así se ve la voluntad de seres humanos que no se dejan vencer ni venden dignidad por ropa ni comida. Rayando en observaciones ni en el libro de 'superación personal' más vendido de todos los tiempos puede caber tantas historias de fuerza de espíritu, ejemplos de motivación y de amor hacia la humanidad.

Sorprendete aún más, por vida de dios y la virgen que sí, que a pesar de ser tan buen narrador-académico al contar la verdad, sea a la vez tan mágico y espiritual para que uno como lector no abandone el libro a la mitad embarrado de amargura y negativisimo.

Vale la pena aumentarle la graduación a los lentes y las desveladas entre página y página.Y digamos que hasta se siente el síndrome de la página en blanco despues de leerlo, tal parece que se ha dicho todo por medio de él.

Intencionalmente recomiendo:
Nosotros decimos No. Cronicas (1963/1988)
Días y Noches de amor y de Guerra.