Al terminar el Sabbath, la Madre Muerte elige un vestido de gala e introduce anillos con magentas, esmeraldas y rubies en sus elegantes dedos para salir a trasnochar. A bailar bajo las lunáticas noches cuando El Arquitecto guarda el compás y el lápiz.
Se estaciona en las esquinas sobrepobladas de rascacielos, sentada en su silla escarlata a esperar a los exitados jóvenes mordiendo el viento veloz, que ruedan montados en Belfegores ígneos e imparables. Ansiosos como la adolecencia misma
"¡Oh Dios, que adorable estupidez!"
"¡Que adorable ansia e inocencia espera extasiada el momento del impacto!"
"¡Que adorable ansia e inocencia espera extasiada el momento del impacto!"
Cuando a impresionante velocidad las ruedas giran fuera de los ejes y el viento sale de los pulmones y la metralla de metal y vidrio silba furiosa violando la resistencia del eter.
Rugen los monstruos, cantan al viento himnos que desafían pecadoramente a la inercia. Empujan su ruedas a los brazos del viento y lamen el suelo a gran velocidad. Los jovenes jinetes forzan a la quimera y la quimera reacciona alegre, habla como fuego, habla en diferentes lenguas blasfemas que se auto nombran inmortales. Su voz ronronea como lo hacen los tigres asesinos que babean de apetito infernal ante la presa distraída.
El jinete rapaz embriagado a enormes y desmedidos tragos, entrea en euforia y se siente invencible . Alcanza el éxtasis de sentirse inmaterial e inmortal.
¡Vaya canto a una interpretración erronea!
Veloz y ciego como erecto pene en plena penetracion, eyaculando la vida en la inmesusurable vagina insaciable; vagina hambrienta del más allá que fecunda sus óvulos con las últimas palpitaciones.
La muerte deja expandir sus pupilas ante la belleza de la representación, éllas retratan la desgracias de domador que se detiene súbita y bruscamente rebota.
Infelíz marioneta ingrávida según deseaba, porque en instante su fragilidad gravita risiblemente sobre el asfalto.
El estallido es un verso maravillosamente compuesto para la señora del silencio,el impacto del proyectil cornudo que se desintegra extasiado, suspira y exhala.
La muerte vanidosa se maquilla, se mira en el espejo de obsidiana que mana de las ranuras del jinete, toma un poco de sangre y tiñe sus labios de rubí brillante y rojizo, se mira en en el espejo sanguíneo que yace horizontal en el suelo, refleja su rostro feliz, veleidoso, elegante y fresco. Similar a novia enamorada en el justo instante de las nupcias .
Se para y posa para los reflectores del cielo, se levanta veleidosa y se yergue elegante y bella. Extiende sus brazos para mostrar su vestido, para que destellen las luces que brillas desde las sirenas auxiliadoras y perfectamente acomodadas como cuando sube el telón.
El jinete se levanta y contempla los añicos, pero a su lado lado ella lo mira coqueta y lo invita a besar su labios, el sabor le parece familiar y sabroso al mismo tiempo, ambos montan en el animal con ruedas y lo hacer rugir feroz.
La Madre Muerte acelera y ambos carcajean continuando en el viaje íntrepidos, ahora ingrávidos, ahora inmateriales y etéreos, flotando sobre el asfalto sobre la brillante motocicleta dirigiendose a donde todos los mortales van.
4 comments:
Excelente Filistea, un texto sublime sobre algo tan cotideano y tan de rutina. Ese cantar erróneo que muchos confunden con vivir cada día como si fuese el último, "Carpe Diem", olvídando que dicho adagio se completa con la frase "Memento Mori", recordemos que somos mortales y es precisamente por esto último que si bien debemos disfrutar de la vida, debemos hacerlo de forma responsable.
Excelente Filistea, apalusos!!
Saludos
Roberto Wagner.
Esto salió de hace unos meses que frente a mi casa se estampó un muchacho en la moto. Escuchamos el ruido, la estámpida, todo fue tan raro porque uno no entiende que pasa.
Tenés razón, la responsabilidad más que todo y cuando se trata de motos con mayor cuidado.
El texto lo hicimos dos! Por lo visto somos una buena mancuerna. :)
Saludos!
Pues les ha quedado excelente, felicitaciones a ti y a la otra parte de la mancuerna. Resaltan lo macabro de tal manera que le dan cierto "sex appeal" dejando al lector (al menos este) con un "no debería, pero me gusta". Elementos estéticos que lamentablemente muchos escritores erróneamente han olvidado o dejado a un lado para entregarnos letras mal digeridas, sin sentido y aburridas.
Ustedes, en cambio, nos entregan un exquisito banquete prohibido, cual manzana del Edén.
Saludos
El arte de hacer sentir a otros incómodos también es arte...El texto tiene toda la vividez de mis pesadillas de la una y cuarto...
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