November 09, 2017

Semos Migrantes.

Ser cajera de un supermercado es temerario, el cliente siempre cree tener la razón.¡Mire ésto cueta menos y usted lo está cobrando más caro!.(Tratar de convencerlo que no tiene la razón es una tarea de genios).-Déjeme le explico, usté lleva la caja para hacer pastel de chocolate y la que está en oferta es para el pastel de vainilla- ¡No, vaya a ver, allí está el papelito que tiene el precio! (Ésto significa salir de la caja acompañar al cliente y mostrarle que está equivocado y recibir un "disculpe leí mal").


En otras instancias de mi vida me hubiera enojado, pero gracias al curso de meditaciones en Youtube aún conservo la calma. Cuando trabajé en el hotel Marriot recibí uno de los mejores consejos, "el cliente no tiene la razón, pero tiene que salir satisfecho", en palabras de barrio fino es como decir, dorale la píldora y que crea que te ganó.


Como mi horario es fijo, casi siempre veo a la misma gente, la que lleva cena, la que sale de su trabajo, la que compra la comida para gatos, la que lleva el periódico o los que pasan por su caja de cervezas y ésta es otra historia.


Señor que viene con su six de chelas.

-¿Me puede dar su identificación por favor? Y se desata el demonio que todos los charas llevan dentro.
-¡Qué no me ve, tengo 52, 48, 45!
(1)No señor, por ley tengo que pedirle su identificación o me meto en un problema, nunca se sabe si hay policías encubiertos y al no seguir el protocolo de la venta de licor posiblemente ustéd será multado y nos van a quitar la licencia para vender cerveza y a dónde más va a ir a comprarla a éste precio.

(2) No señor, le pido la identificación porque usted luce muy jovencito, yo le veo cara como de 17. Le saco una sonrisa al señor y me enseña la identificación.

(3) Gracias Señor, ya vi su identificación y comprobé que usted tiene 22. No sólo le saco una sonrisa sino además me agradece.


Está el típico cliente que nunca lleva los 4 centavos de cambio y me pide su puede darme solo billetes exactos. "Okay por esta vez se la paso".

Nunca falta la señora que va prendida en el teléfono y cuando llega la hora de pagar, urga entre su enorme bolsa buscando el monedero y se tarda lo que dura El Padrino para finalmente pagar y me deja encabronados a los siguientes en la cola, a los cuales tengo que hacerles malabares con naranjas para contentarlos.

También está el niño que sus papas mandan a comprar con una lista que dice más o menos así, "Olmons Melk" "Radich" "lic" "abocato". Lo que mi suspicacia descifra como "almond milk, radish, leek y avocado". Después tengo que hacer el papel de mamá y le digo al niño, cuidado con el dinero okay, se lo enrollo en una bolsita y se va feliz.

Llega la pareja de ancianos que después de meterles sus artículos en las bolsas tengo que salir de mi 'curul' y acomodarles las bolsas dentro de sus carrito. Ya se despiden de mí por mi nombre y le agregan 'have a good night sweet heart'.

Me gusta cuando llega los de barrio afroamericano y me preguntan si todavía tenemos lo que compraron la semana que seguramente yo tengo que acordarme porque los atendí. Le pido pistas como quién no quiere la cosa para no verme tan olvidadiza. Porque o sea, cómo puedo olvidar entre milochomil clientes a la semana lo que ellos llevaron. Pues.

Está la chica que se viste espectacular y que siempre llega al pasillo orgánico y se gasta en tres bolsas fácilmente la cantidad con la que se puede pagar la deuda externa de Guatemala. Lo juro.

¿Quién más? Ahhh sí, el señor que todos los días compra dos bananos, ¡dos bananos!. Hoy tuve la curiosidad a modo de broma le dije, "está a dieta" y me dijo sonriendo: No seño, lo hago por ahorrar, mi familia en mi país necesita dinero y todo lo que gano lo envío para poder hacer mi casita y que mis hijos estudien, es lo único bueno que puedo darles, mire yo no quiero que vengan a pasar las penas que uno pasa en este país, por eso le digo que aprovechen. Mi hija se graduó de maestra y este año va a la universidad, los dos menores escogen carrera este año y el más chiquito quería una camisa como la que usa Messi", hasta sacó el celular para enseñarme las fotos de sus hijos".

Él no es el único de los miles de inmigrantes que vivimos en éste país que enviamos remesas, que tenemos familia que depende de nosotros de mayor o menor manera. De pronto quise decirle que fuera justo consigo mismo, que así como da a su familia él también tiene el derecho de inventir en comer mejor, en darse 'ciertos lujos' porque al final él es quién gana el dinero y no puede descuidarse y enfermar porque entonces sí que su familia va a sufrir. No lo hice, sólo escuché, fui la vil receptora de la catársis de este señor.

Por eso cuando leo o escucho a alguien que cree que porque no vivimos en Guatemala no tenemos derecho a opinar sobre las atrocidades del gobierno o llaman a alguien más 'extranjero' de forma despectiva, no me cabe la menor duda que el suelo sagrado del que tanto cantan sólo existe en ése hueco de ignorancia que llevan en la azotea. Para la próxima vez como dijo mi tía Evelia: SHUT THE FUCK UP! caras de mi culito.


-He dicho.

4 comments:

Unknown said...

Genial Brenda, gracias por compartir con nosotros una hoja de tu diario. Un fuerte abrazo mi querida amiga y que estén todos bien en casa!

Juan Carlos Lemus said...

Excelente. Gracias por compartirnos estas experiencias. Qué amena y concientizadora lectura.

Unknown said...

Desde pequeña has tenido ese don, solo te toco pulirlo en otro pais te quiero mucho.

Aire de las Colinas said...

Ya montados en el macho, solo queda seguir pedaleando.

Gracias por compartir. ¡Siga adelante!