August 06, 2015

Hacer la diferencia.




En tiempo de campañas electorales se ve cada cosa, todo parece un circo de la pena, nada es divertido ni vistoso todo es pomposamente ridículo y como si cada candidato y su esquipo se disputaran el primer lugar de lo extravagante. Mientras la CICIG destapa la cloaca sale cada cosa apestosa de empleados públicos embarrados con trampas, corrupción, transes, conectes y tanta mierda que uno no sabe ni donde está parado.

Sin querer el ciudadano también se involucra -quizá de eso se trata- en la preocupación de quién va a ocupar la guayaba. Las publicidad es asqueante y no respeta nada ni aún a las piedras, si no le pintan la cara a la gente que ven parada solo porque no pueden. Uniforman a los simpatizantes con playeras del partido y banderines haciendo bulla por donde pasan. Se pasan las reglas del respeto por el trasero, reparten bolsas solidarias, botellas de agua, panes con pollo, acarrean a la gente en buses a destinos turísticos y un sin fin de limosnas que mucha gente acepta con agradecimiento. Eso es lo peor.

En tiempos de campaña son capaces de quitarse los zapatos y dárselos a una persona descalza, si es posible se quitan el calzón y caminan desnudos como diciendo 'me quito la ropa por tí Guatemala, vota por mí". Llegan a hacer cosas que jamás harían si no fuera porque les espera 4 años donde pueden beneficiarse del puesto y acrecentar su patrimonio.

 Ellos tienen en sus manos muchas cosas pero el pueblo tiene más, tiene el poder del voto, de la elección, de rechazar fiestas democráticas como ellos le llaman, tenemos twitter, tenemos facebook, tenemos blogs, tenemos espacios abiertos que no han sido censurados para expresar nuestro repudio, podemos hablar con nuestros familiares, con el de la tienda con los vecinos (como dice la Zury Ríos) y plantear una estrategia inteligente para votar o para rechazar. Bueno la Zury no habla del voto inteligente váa.

En el camino nos encontramos todos, incluso los que no vivimos en Guatemala porque todos tenemos en común la participación y redundando, casi todos queremos el bien común. Los noticieros hacen su trabajo al entrevistar candidatos, es cierto, algunos maquillan las preguntas y las concluciones para manipular y hacer creer que tal y cual es el adecuado para la presidencia. Bullshit!.

Hace muchos años, cerca de mi casa vivía una señora que vendía papas con chorizo, usaba un tonel cortado a la mitad como "asador" y ahí ponía la plancha mientras todo se cocinaba. Ella jamás daba fiado, si no te alcanzaba a para comprar la orden de papas con chorizo te daba lo que te alcanzaba y si te faltaban 5 centavos te quitaba dos papas, no se le iba ni  una, lo que pagabas eso comías. En aquel tiempo Fritz Garcia Gallont, se tiraba a la presidencia y andaba por la colonia con bocinas y el coro de su partido. Recuerdo claramente que andubo visitando los negocios, en mi casa teníamos un depósito de granos básicos, mi papá que siempre fue antipolítico sacó los recibos de la luz y se puso a alegar con él diciéndole que era una vergüenza pagar tanto de luz y blablablá. Recuerdo que se me hizo absurdo que mi papá saliera con eso pero a la vez sentí orgullo que mi papá no fuera de los otros que sacan el plato de comida y se lo dan al candidato y lo abrazan. A diferencia cuando a Fritz le tocó ir con la señora de las papas con chorizo fue todo lo contrario, contaban que ella fue a traer un seis de cerveza y litros de coca cola para él y sus secuaces.

Muchos se burlaban de la señora porque dicen que lo tuvo abrazado en todo el paseo que él hizo por la cuadra y que le ofrecía las papas con chorizo regaladas. Pasó mucho tiempo y los patojos de la cuadra cada vez que podían le hacían los chistes de que ella jamás invitaba a sus hijos ni a un refresco en bolsa pero cuando llegó el candidato, se desató.

Supongo que no es una historia aislada que muchas personas reciben a los candidatos con regalos y recuerdos de su visita, que los tratan como reyes cuando llegan a sus municipios o colonias, que les regalan los que fabrican, que los invitan a una "agüita" que ponen sus esperanzas en ellos.

Vuelvo al momento cuando mi padre le enseñó las facturas a Fritz, recuerdo la cara de risa sarcástica, recuerdo la mirada a mi padre como si él fuera un ignorante, mi papá tampoco lo dejó entrar a la tienda todo sucedió en la puerta. Al final Fritz le dijo a mi papá, "si usted quiere el cambio tiene que votar mí", mi papá solo alcanzó a decirle "ni aunque me pagara las facturas, mi voto nadie lo compra y quíteme esa calcomanía que pegó en el portón porque es mi casa".

Ese día vi a mi papá como un héroe gruñón, me enseñó una lección importante: el voto no se vende.

Y como decía aquel cartel en la marcha #RenunciaYa  

COMER POLLO UN DÍA DE MANO DE LOS CANDIDATOS PARA PASAR COMIENDO MIERDA LOS PRÓXIMOS 4 AÑOS.


-No muchas gracias.