Ser o no ser . . .

Hace mucho rato que vengo dando vueltas en lo que pudo haber sido mi fe. No soy religiosa, viví en un hogar sin religión (a Dios gracias) mi padre ateo a tres cuartos y medio supersticioso, mi madre con instintos y modales ecuménicos que nos valió tener en la casa visitas de Mormones, Testigos de Jehová, Pastores y una que otra rezadora. Pero definitivamente jamás impusieron religión. Por necedad de mis tías tuvieron que bautizarnos a mis hermanos cuando ya estábamos grandes (9, 7, 5 años).   Mi papá se tiró una lucha grecorromana con el sacerdote en las clases pre-bautizo mi padre fue sacado en posición "pescadito pescadón" .

Nunca entendí mi bautizo. ¡Nunca! pues jamás volvimos a una iglesia a nada. En la escuela me discriminaron porque no recibía catecismo y cuando pasaba la señora evangélica preguntando quién quería irse a recibir la clase de la Biblia me tenía que ir con ella. Lo bueno que siempre llevaba panes con frijolito y la pasábamos bien. La Biblia se me hizo de lo más interesante, bueno, es una frase fusilada, todo mundo lo dice. Y leí varias versiones por el puro gusto de comparar lo escrito.
Jesús se me hace respetable, si vivió o no, si murió en una cruz o lo que fuere. Respeto su figura y estoy de acuerdo en algunas cosas sobre su escuela de pensamiento. Hasta cierta parte de mi vida digamos que podía contarme como oveja, pero cuando el cristianismo empieza a pedir un estilo observador de buenas costumbres de rectitud de pureza y de limpieza, es complicado. Y aquí empieza lo bueno.

Mucha gente se escandaliza cuando un cristiano reprende la actitud homosexual de alguien, cuando sin tapujos dice: "no apruebo las practicas homosexuales, las condeno" la banda (que toca cualquier son sin antes ver las notas) empieza  a tocar su conocida canción: "no que es cristiano? y no que debe de amar al prójimo? donde quedo el amor que tanto alardea?" Yo comodamente respondo, el cristiano actúa como cristiano, opina como cristiano, lo avala su religión para no estar de acuerdo, más bien si aprueba y aplaude pone en duda su moral como cristiano.

Un judeocristiano que se rige bajo las leyes del Antiguo Testamento y el Nuevo, es obvio que va a estar a favor de la pena de muerte, que en cualquier momento puede decir "ojo por ojo, diente por diente". Es decir, su cristianismo regido por la Biblia le autoriza decir lo que dice. Y si nos damos un colazo por las cartas paulinas encontraremos las más extrañas posturas de rectitud y santidad que un ser humano, demasiado humano, pueda respetar. La caridad, el amor, la benevolencia, la paz, la templanza, la fidelidad (incluso de pensamiento) que deveras no hay para donde ir.

Por eso, hace muchos años yo decidí que no puedo llamarme cristiana, aún cuando simpatizo con Jesús, porque hace muchos años dejé de ser homofóbica, porque hace muchos años cuestiono las injusticias divinas, porque no acepto la voluntad de un ser omnipontente, porque me parece injusto que un niño de dos años tenga cáncer o que esté en silla de ruedas, o que un niño nazca sin brazos, o que lo violen o que lo maten. Es decir, como puedo YO  ser cristiana y aceptar la voluntad de algo tan injusto? Es contradictorio.

Todos los seres humanos tenemos deseos aberrantes, todos hemos deseado que tal persona se muera, si me dieran a elegir resucitaría a las personas que no debieron morir (según mi punto de vista) porque eran buenas, porque no le hicieron mal a nadie, porque eran valiosas etc. Y claro, pondría en la lista de los muertos a unos triplejueputas que la cagan con solo existir.

Un cristiano tiene un compromiso con la sociedad en la que vive, porque no puede incitar al odio. Hoy en el día mundial de la lucha contra el SIDA las mentes débiles creerán que los homosexuales son los portadores y que se lo merecen. ¿Cómo trata un cristiano un tema tan delicado como ese? Yo lo ví muchas veces y se imaginarán la cátedra.
A pesar de nunca haber tenido religión pero haber visto muy de cerca a mi familia cristiana, me fue difícil decidir no llamarme así. Renunciar a las cosas que la sociedad cree y empezar desde cero y permitirle a mi mente la libertad. ¡Conocereís la verdad y la verdad os hará libres! diría el gran iniciador. Pienso en aquellos 'cristianos' que no aceptan la homofobia, ni el racismo, ni el odio, ni la voluntad divina y que inclinan su cabeza al sermón de cada Domingo por el simple hecho de tener una etiqueta de tradición. A ellos, por supuesto mis respetos.

Y otra vez. . . y conocereís la verdad y la verdad os hará libres.

He dicho!

foto tomada de google imágenes.