La memoria es la abstracción de lo vivido, no con toda la fidelidad del momento, sino con la fidelidad de la verdad. Hector Miolán.
Con una cinta marrón en la portada que marcan los 30 años de haber salido del horno creativo, "Los Compañeros"; de Marco Antonio Flores (el Bolo) se manifestó ante mí. Antes de dar mi nunca humilde opinión sobre esta obra de arte, me fuí a buscar a ver si alguien más había encontrado lo que yo ví, se me hace que buscaba a otro que haya sido sacudido por los capítulos de esta novela.
Unos la llaman autobiográfica, otros la lucha de unos "jóvenes-rebeldes-guerrilleros" metidos en la violencia de ideales, otros más atrevidos la catalogaron como el principio de la novela guatemalteca.
La característica colectiva que tenemos todos los que hemos nacido de México para atrás, es que nuestros países se los ha llevado la gran puta entre peleas de poder, ambiciones, etc. Digo esto, como preámbulo a El Bolo, Chucha Flaca, El Rata, El Patojo y otros más.Personajes que recorren cada página del libro aventurándose a dar la vida y empeñar sus reencarnaciones por ideales de justicia, con la esperanza más fuerte que la llama del ocote por vencer, intentando ser visionarios de un mundo de chacales que no contentos con la carroña quieren carne fresca dispuesta a ir al matadero.
Uno de los marcos: el pequeño centro de la capital guatemalteca que puede ser recorrido en carro (sin tráfico) en una hora, ahí se desarrollan las platicas, las borracheras, las huelgas, los mitines y hasta las cacerías de los personajes que desgraciadamente tienen un etiqueta que dá mal aspecto. Los etiquetó la supremacía dominante de aquel tiempo (y también de este) que repelen con balas a todos los que se afectan con la injusticia, los que piden un mundo mejor.
Y es que ahí está uno de los puntos principales, los personajes son los verdaderos idealistas, a merced de los que alegan protegerlos a cambio de su intelectualidad y eficiencia sin la cual no llegarían a donde están. Personajes, como muchos otros ciudadanos, que son la base de la pirámide que sostienen a los que arriba enarbolan un ideal corrompido en el ascenco a favor de intereses personales.
Un pecado pensar que la novela es un relato de izquierdistas contra derechistas. Cuando el capítulo: El Patojo 1966, se vislumbra como un pedazo de negativo que va tomando imagen a color con su secuestro, tortura y muerte. Donde magistralmente el Bolo entremezcla cada patada e humillación en el cuarto de tortura con la formación de sus caracteres en pleno proceso de embrional, cada quemadura de sus captores arrancándole alaridos son acompañados de la escena en labor de parto, cada presión de los forceps para sacarlo de su incubadora maternal, son los últimos segundos que el alma desea aferrarse a un cuerpo que no puede aguantarla más -por más liviana que nos haya vendido la religión que ésta sea-, para El Patojo una pluma encima de él significa el peso de la vida, que a esas alturas quién soportaría.
Y cuando por fín el alma decide abandonar el cuerpo y los instrumentos médicos le dan la bienvenida a este mundo, El Patojo deja de existir en una tumba cualquiera con los ojos abiertos viendo como su alma le hizo la caridad de abandonarlo en el momento justo e indicado cuando no se soporta más sufrimiento. Sí, mezclar poéticamente tu vida y tu muerte en esa narrativa maravillosa solo puede ser captada por alguien que en verdad sea o fue TU COMPAÑERO.
Ya les dije a los pocos que no la han leído que se las recomiendo?....
Unos la llaman autobiográfica, otros la lucha de unos "jóvenes-rebeldes-guerrilleros" metidos en la violencia de ideales, otros más atrevidos la catalogaron como el principio de la novela guatemalteca.
La característica colectiva que tenemos todos los que hemos nacido de México para atrás, es que nuestros países se los ha llevado la gran puta entre peleas de poder, ambiciones, etc. Digo esto, como preámbulo a El Bolo, Chucha Flaca, El Rata, El Patojo y otros más.Personajes que recorren cada página del libro aventurándose a dar la vida y empeñar sus reencarnaciones por ideales de justicia, con la esperanza más fuerte que la llama del ocote por vencer, intentando ser visionarios de un mundo de chacales que no contentos con la carroña quieren carne fresca dispuesta a ir al matadero.
Uno de los marcos: el pequeño centro de la capital guatemalteca que puede ser recorrido en carro (sin tráfico) en una hora, ahí se desarrollan las platicas, las borracheras, las huelgas, los mitines y hasta las cacerías de los personajes que desgraciadamente tienen un etiqueta que dá mal aspecto. Los etiquetó la supremacía dominante de aquel tiempo (y también de este) que repelen con balas a todos los que se afectan con la injusticia, los que piden un mundo mejor.
Y es que ahí está uno de los puntos principales, los personajes son los verdaderos idealistas, a merced de los que alegan protegerlos a cambio de su intelectualidad y eficiencia sin la cual no llegarían a donde están. Personajes, como muchos otros ciudadanos, que son la base de la pirámide que sostienen a los que arriba enarbolan un ideal corrompido en el ascenco a favor de intereses personales.
Un pecado pensar que la novela es un relato de izquierdistas contra derechistas. Cuando el capítulo: El Patojo 1966, se vislumbra como un pedazo de negativo que va tomando imagen a color con su secuestro, tortura y muerte. Donde magistralmente el Bolo entremezcla cada patada e humillación en el cuarto de tortura con la formación de sus caracteres en pleno proceso de embrional, cada quemadura de sus captores arrancándole alaridos son acompañados de la escena en labor de parto, cada presión de los forceps para sacarlo de su incubadora maternal, son los últimos segundos que el alma desea aferrarse a un cuerpo que no puede aguantarla más -por más liviana que nos haya vendido la religión que ésta sea-, para El Patojo una pluma encima de él significa el peso de la vida, que a esas alturas quién soportaría.
Y cuando por fín el alma decide abandonar el cuerpo y los instrumentos médicos le dan la bienvenida a este mundo, El Patojo deja de existir en una tumba cualquiera con los ojos abiertos viendo como su alma le hizo la caridad de abandonarlo en el momento justo e indicado cuando no se soporta más sufrimiento. Sí, mezclar poéticamente tu vida y tu muerte en esa narrativa maravillosa solo puede ser captada por alguien que en verdad sea o fue TU COMPAÑERO.
Ya les dije a los pocos que no la han leído que se las recomiendo?....
12 comments:
que original tu blog me gusto mucho
VAMOS A LEERLO.!
En definitiva, Los compañeros es una gran novela, casi nadie acepta que es la mejor novela que se ha escrito en Guatemala después de Asturias, y no lo hacen porque la califican como anti guerrilla. Ahora se puede leer con la distancia y la objetividad que la historia ha demostrado y uno se da cuenta que la estructura narrativa es todo un logro. Para mi, el capítulo de Tatiana es de lo mejor.
Salud por la buena literatura.
Buen libro vos, le valió al Bolo ser condenado y hasta amenazado por los izquierdistas pseudo académicos y radicales, pero en realidad, sus descripciones de las personas con sus cualidades y defectos son magistrales, pasaré a releerlo, porque de algunas cosas ya no "miacuerdo"
Es buena, a decir verdad, es una pasada. No se si sea como dice Johan la mejor, después de Asturias (no se cual del Moyas, porque tiene varias y muy buenas, aunque habrá que leerse a Luis Lion, El tiempo principia en xibalba) pero El bolo se lleva las palmas con esta, una de mis lecturas favoritas cuando estaba en la U.
De Asturias la mejor es Hombres de maiz, él mismo lo decía. El tiempo principia en Xibalba representa la voz de un escritor que estaba consolidándose, pero que no le dieron tiempo de hacerlo; junto a Los compañeros son lecturas obligatorias.
Excelente post para traernos a la memoría un libro que surge como un embarazo no deseado dentro de la guerrilla. No deseado por la partida de líderes hipócritas que abandonaron sus ideales y vendieron sus conciencias (además de vender a sus "compas" que fueron sinceros izquierdistas).
Sin embargo marcó la diferencia para hacer literatura en Guatemala. Aunque no fue la primera "nueva novela Guatemalteca" pues antes Luis de Lion (así con i)escribió "El tiempo principia en Xibalbá", no cabe duda que fue la que más sonó y alborotó el hormiguero intelectualoide de la época.
Excelente como siempre prima, a ver cuando te lees "los muchachos de antes", otro excelente libro del "Bolo" Flores.
Abrazos pues.
El dilema:
Gracias y bienvenido.
Juanchis:
Ya tu sabes te lo paso.
Johan:
Al césar lo que es del césar, la verdad. La manera en que está narrada es exelente.
sigamos brindando.
Pirata:
Gracias por tu aportación my friend, yo lo ví muy atinado, muy pulcro, para tocar temas tan violentos.
Fernando:
YO tambien las llamo lecturas imprescindibles, quizá no en todas las edad o circunstancias se toman tan en serio, no cabe duda que a buena edad, me tiré Los compañeros.
Bienvenido.
Eds:
Ese se me antoja ya lo mencionaron aquí de Luis de Lión y además leí un trabajo sobre la obra de él que m edejó picada, vamos a ver como hago para robarselo a alguien.
Abrazos.
A mí me gustó mucho también, particularmente la crudeza del lenguaje 100% chapín... Me gustó la habilidad del autor para retirarse de sí mismo y escribir como si fuera un expectador de su propia vida.
He oído mucho del libro de Luis de Lión, así que si lo conseguís ahí me avisás porfa.
Lamento no haber leído ese libro. Por la forma en que lo comentas tú, y lo comentan tus lectores, me parece que me he perdido de algo realmente digno de leerse y atesorarse.
UN BESO
Ese libro fue mi regalo de graduación, incluso fue la misma edición que mencionas. Antes de eso conocí Los Rollos Que Quedaron también del bolo. Cuando le entre a la novela me tragó entero. Dejé de leerla por las noches por que soñaba babosadas.
Pero diablos, el no haber leído a Asturias no me da opción de ponerla como primera novela, pero sí creo que se da duro con el Tiempo Principia En Xibalbá. Las dos son válidas y dan la posibiladad de plantear un panorama desde dos perspectivas diferentes.
Me atrevería (y esto es grueso) a decir que luego de Los Compañeros aún no ha salido la siguiente gran novela. Quizá anda por allí Ultimo Silencio de Ronald Flores, pero no creo que llegue a marcar la ruptura que marco el bolo.
Ahora leo Trópico de Cáncer de Henry Miller, de quien el bolo confiesa consiguió la libertad de lenguaje... veremos al final.
Mientras tanto recomendado Los Rollos Que Quedaron.
saludos
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