El destino final del hombre es, como se sabe desde el principio del mundo, la muerte. La muerte, en su momento justo, es igual para todos. No lo que la precede inmediatamente. Se puede morir con sencillez, como quien duerme; se puede morir entre las tenazas de una de esas enfermedades de las que, eufemísticamente, se dice que “no perdonan”; se puede morir bajo la tortura, en un campo de concentración; se puede morir volatilizado en el interior de un sol atómico; se puede morir al volante de un Jaguar o atropellado por éste; se puede morir de hambre o de indigestión; se puede morir también de un tiro de rifle, al final de la tarde, cuando todavía hay luz del día y no se cree que la muerte esté cerca.
(José Saramago)
3 comments:
Acabo de saber la noticia. Qué triste!
Murió pero no se fue, nos deja sus testimonios-escritos, a cual más genial.
¡Abrazos vos!
triste, un abrazo filis
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