May 16, 2008

Juan, hijo de María. "literatura de desperdicio" dice el autor

Por: Francisco Nájera.
Doctor en Letras, Poeta y Narrador, nació en Guatemala (1945) actualmente reside en New York.




Juan, el hijo de María.

Juan entró por la puerta.

Un indio, llamado Juan, entró por la puerta que da a la calle.

Juan, el hijo de María, entró esta madrugada por la puerta entreabierta.

El hijo de José y de la María entró esta mañana quedamente, sin que nadie lo notara.

Juan, un indio, hijo de un tal José y de una María, entró por esta puerta a las seis de la mañana.

El indio entró por la puerta. Eran las seis de la mañana.

A las seis de la mañana, el indio Juan entró por la puerta entreabierta.

Hoy, a las seis de la mañana, por la puerta entreabierta, entró el hijo del José y de la María.

Alguien entró por la puerta entreabierta a las seis de la mañana. Se sospecha que fue Juan, hijo de José y de María.

Su hijo del José y la María entró a las seis de la mañana por una puerta que estaba entreabierta.

El Jose, su hombre de la María, la nana del Juan, ése que se entró por la puerta de la casa de los señores a las seis de la mañana de hoy temprano.

Sin que nadie lo viera, hoy muy temprano, por la puerta entreabierta de la casa más grande del pueblo, entró un hombre muy quedamente. Parece que era Juan.

Hoy muy temprano, por la puerta entreabierta de la casa, con un machete en la mano, entró Juan, un indio nacido en uno de los caseríos cerca del pueblo.

Eran apenas las seis de la mañana cuando Juan entró por una puerta entreabierta.Traía ya el machete en la mano y caminaba sigilosamente.

Disimuladamente y por la puerta del frente, a las seis de esta mañana, entró quedamente un indio que se llama Juan. Es el hijo de un tal José y de su mujer, la María.Traía un machete en la mano -así lo aseguran los testigos-.

A las seis de la mañana del día de hoy, Juan, un indio de la localidad, hijo de José y de María, también indios, penetró sigilosamente con un machete en la mano por la puerta principal de la residencia de la familia García.

La puerta está entreabierta y, muy temprano en la mañana, entra sigilosamente. Lleva un machete en la mano y sabe que lo buscan.Se llama Juan.Es el hijo de Jose y de María, dos indios que viven en el pueblo pero no saben hablar castilla.

Entra quedamente, por la puerta entreabierta de la casa de la familia Garcia.Son las seis de la mañana y los esposos aún duermen. Trae un machete en la mano y sabe perfectamente lo que quiere.

Es el hijo del José y trae un machete en la mano.Cuidadosamente ha entrado por la puerta entreabierta.Los señores duermen todavía.Son las seis de la mañana y sólo las sirvientas se han levantado. El sabe muy bien lo que quiere.

Aparentemente sabía lo que iba a hacer.Entró por la puerta principal muy sigilosamente a las seis de la mañana. Sólo las sirvientas estaban levantadas, pero ellas lo conocían. Era Juan, el hijo de la María, la india que vende tortillas en la puerta del mercado.

María hacía tortilas y José trabajaba en la tierra. Juan era su hijo y, desde hacía mucho tiempo, trabajaba en la casa de la familia García. Aquella mañana, a las seis de la mañana para ser exactos, penetró disimuladamente por la puerta principal de la casa de habitación de sus patrones con un machete en la mano. Los señores aún dormian, aunque las criadas estuviesen ya levantadas.Es obvio que el susodicho sabía muy bien lo que iba a hacer.

LLeva el machete en la mano.La puerta, entreabierta, cede a la presión de sus dedos. Son las seis de la mañana y las sirvientas ya están levantadas, aunque los patrones sigan durmiendo. Sigilosamente penetra en el zaguán y camina por el corredor hacia las habitaciones interiores.Sabe perfectamente que lo quiere.

Son las seis de la mañana y en el pueblo se oye el trinar de los pájaros, que escondidos entre las ramas de los árboles, cantan alegremente. Un calorcito de verano se empieza a sentir en estos días, pues estamos a finales de Marzo.La semana Santa, con su luz sofocante, estará aquí en unos días. Por una de las calles principales camina un hombre.Lleva el pantalón y la camisa típicos de los naturales de la región, con un sombrero de paja que le oscurece la cara.Camina rapidamente y se creería que no quisiera ser visto.Al llegar a la puerta de la casa de la familia de los García, una de las familias importantes de este pueblo, se vuelve rapidamente como para asegurarse de que nadie lo observa. Luego empuja la puerta principal, que está entreabierta y entra.

La puerta se abre y Juan, el indio, hijo de José y de María, entra el corredor.Son las seis de la mañana.

Con pleno conocimiento de lo que hace empuja la puerta.En la mano lleva un machete y se desliza sigilosamente por el corredor de la casa hacia las habitaciones interiores. Es Juan, el hijo de José y de la María, dos indios que viven aquí, en el pueblo.

El susodicho Juan, hijo de la María y de José, dos indios oriundos de este lugar, entró a las seis de la mañana a la casa de habitación de los esposos García.Llevaba un machete en las mano y, sin que nadie se diera cuenta, llegó hasta el dormitorio de los dueños de la casa.

Con el machete en la mano, el indio atraviesa el corredor.Va vestido con la ropa de los nativos de esta región.El corredor es largo y angosto, y él lo atraviesa rapidamente.

Lo que dicen es que entró muy temprano por la puerta de la calle y que traía su machete en la mano.Parece que venía dispuesto a todo.

El machete se siente pesado en su mano.Las sirvientas en la cocina, ocupadas en encender el fuego, y en cocinar el desayuno, no lo sienten entrar. Juan camina silenciosamente por el corredor hacia las habitaciones interiores.

Se trata de Juan, el hijo de la María. Lleva un machete en la mano y camina por el corredor de la familia de los García, uno de los ricos del pueblo.

Nosotros estábamos en la cocina y no sentimos nada. Las campanas acababan de sonar porque yo estaba empezando a tortiar, pero nosotras no oímos nada.

Probablemente las campanas estarían dando las seis cuando el indio entró por la puerta de las calle, aunque no se sabe cómo es que las logró abrir.

Los señores García, fueron sorprendidos hoy por la madrugada mientras dormían en su casa de habitación.

Juan entra por la puerta entreabierta. Lleva su machete en la mano. Las campanas de la iglesia acaban de dar seis campanadas y él camina rápidamente por el corredor de la casa hasta llegar al dormitorio.

Pobre Juan, seguro que no sabía lo que estaba haciendo porque estaba bien bolo.Además, él siempre fue un poco raro.

Se trata de un caso común.Cuando llegó a la casa de sus patrones, Juan había perdido ya todo el sentido de la realidad.Se creía en cada de sus padres, a los que obviamente odiaba profundamente. Nunca pudo aceptar el que fueran indios que nisiquiera podían hablar el castellano correctamente. Un caso típico de inadaptabilidad social y de auto-rechazo.

Con el machete en la mano, Juan el indio penetró en la habitación de los señores García, pasadas las seis de la mañana y, sabiendo muy bien que lo hacía se dirigió hacia el lecho en el que sus patrones dormían.

En la cama calientita duermen los muy cabrones -es lo que probablemente se ha dicho al verlos-.

Penetrando por la puerta principal -no se sabe aún por qué estaba abierta a las seis de la mañana-, Juan entró ayer a la casa de los esposos García y dirigiéndose seguidamente hacia las habitaciones en las que la pareja descansaba, se ensañó contra sus víctimas, que si se despertaron, nunca se llegaron a dar cuenta de lo que ocurría.

Las sirvientas, en la cocina, no pueden escuchar lo que pasa en la habitación de los patrones.Están demasiado ocupadas preparando el desayuno, y si algún ruido les ha llegado a parecer anormal, probablemente lo han atribuido a los perros, que corretean libremente por el patio.

Sudoroso, Juan se sienta a los pies de la cama.La sangre le ha salpicado la camisa y los pantalones.El machete, que ha dejado caer sobre la cama, está ahora todo cubierto de sangre.

Juan tiene la cabeza pesada.Con la frente apoyada sobre la pierans encogidas quisiera poder dormirse.Los oídos le comienzan a zumbar.La boca le sabe amarga y empieza a vomitar.

Juan, hijo de María, hijo de José, ¿qué te ha sucedido? ¿por qué los cuerpos? ¿por qué la sangre? ¿quién te ha traído hasta aquí, hasta este lugar, hasta estos cuerpos ensangrentados? ¿quién te ha dejado, sudoroso y atemorizado, sobre este suelo frío? ¿quién, Juan, dime, quién?

Todos nos dicen que fue el Juan, pero nosotros no sabemos nada. Hace días que no venía por acá, desde el domingo. Y todos esos días nosotros trabajando, ¿qué más íbamos a estar haciendo?

Con el machete en la mano Juan entra a la habitación aún a oscuras.Sobre la cama entrevé dos bultos que apenas si se mueven y se detiene un momento.El olor lo empieza a sofocar y esto aumenta su rabia, la necesidad de hacerlos pagar todo lo han hecho.

La policía llegó a los diez minutos de haber sido notificada.Encontraron al asesino aún en la habitación de sus víctimas. Al verse cercado por la gentes, trató de atacarlos con el machete, que aún tenía en la mano.En defensa propia varios de los agente stuvieron que dispararle, hiriéndolo gravemente en el cuello y en el pecho.Cuando llegaron los bomberos, el asesino estaba ya muerto.

Juan, el indio, hijo de José y la María, empuja la puerta entreabierta, y entra.



15 comments:

la-filistea said...

El cuidadoso relato con las diferentes poses supuestas que están detrás de la cortina de un asesinato.Achacado posiblemente a Juan, es la relevancia de este cuento.

En la voz de un narrador enfático, que recopila las frases soltadas por los testigos.Y ni a quién creerle aunque dentro de todo existe la verdad.
Así veo yo el cuento.

NOTA
Pondré después algo más de la obra de este escritor que tengo la buena estrella de conocer personalmente.

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GUSTAVO A. ABRIL said...

Nunca había leído algo así. Me ha parecido sumamente interesante (nada desperdiciable)

Felicitaciones a tu amigo Francisco Nájera.

Pedro J. Sabalete Gil said...

Aunque la primera parte se me hace pesadísima porque creo que abusa de las reiteraciones, el estilo me gusta por lo que tiene de novedoso y por el trasfondo social. Imaginé que eran visiones y/o aportaciones diferentes, cada una aportando algo.

Me ha llamado muchísimo la atención por favor publica algo más de él, será un placer leerle. Ahora mismo antes de encender el ordenador leía El agua quieta de Rey Rosa.

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Saludos.

la-filistea said...

Mapache;La obra de Nájera es así, sin método obligado para entenderla.Por ejemplo en este cuento, que viene en cada página (lo que yo separé en renglón) que dán la impresión de abusar de las reiteraciones como dice Goathe, la veo como una clásica escena de posibilidades, dejan al lector que juzgue el móvil de un crimen y el asesino.

Gracias a los dos por pasar a leer y seguro pongo algo más de él.

Saludos!

Julio Serrano Echeverría said...

Bien Filis, me parece que comentar que el libro impreso en una hermosa edición de autor (como casi todo el trabajo de Nájera), está impreso en páginas de cartulina roja, en tinta negra, cada fragmento corresponde a una página, la experiencia visual y narrativa del texto me parece sorprendente, como una especie de storyboard de la historia guatemalteca.
Mi admiración a mi querido Francisco y a vos querida Filis por tu alternativo y consecuente trabajo de difusión e interpretación de nuestra cultura.

PROSÓDICA said...

BRAVO, BRAVO, BRAVO!!!. No me sabia estas gracias del Juan. Tan pilas, vaa??!!.
Me gusto bastante. Me gusta lo simple, el enfoque de cada parrafo, como el autor juega al escondite con el lector en cada línea, logrando el "sera éste la respuesta?".
Felicidades para Juan y que siga con las buenas letras.

A vos Filis, pues ya retorne de momento, siempre muy ocupada, pero haciendo tiempo para visitarte.
Abrazos

Anonymous said...

Me encantó el estilo tan original del relato y las distintas formas de ver un mismo hecho. Curiosa por ejemplo la frase de un testigo que cree que Juan lo hizo porque creyó que eran sus padres y los odiaba por ser indios.

Gracias por compartir esto,

Saludos

la-filistea said...

Julio:
Eso exactamente, que si se pudieran menter las hojas acá para ver la publicación seria lo ideal.Por ahora me conformé con utilizar los espacios como pausa.
Agradezco tu comentario.

Prosódica:
Híjole,pues gracias por hacer tiempo y pasar.

Jcab:
Vas a creer que ése párrafo a mí me llamo mucho la atención, porque parece no combinar con las demás declaraciones.Es un cuento con mucho enfoque sicológico y hasta social no te parece?
Saludos.

.: arte-sano :. said...

son como mil historias, pero es una. Muy buena. Como para un film corto.

Pedro J. Sabalete Gil said...

Curioso el magnetismo del escrito, una cadencia, un ritmo me trajo de nuevo a él en está madrugada espléndida en que se enciende Madrid.

Vuelto a leer veo pasajes nuevos, perspectivas distintas, todo un caleidoscopio de letras. Antes que de desperdicios (en eso no estuvo afortunado pero la humildad nunca es mala) la llamaría literatura calidoscópica. Felicita al autor, gracias amiga. Y si tiene algo publicado por favor házmelo saber.

Saludos.

Anonymous said...

Hola Filis, amiga:

El relato me pareció a la narrativa de un reportaje criminal.

Quizas sea un poco exigente a los autores, siempre me ha gustado lo incognito y la sorpresa, algo inesperado al concluir un relato, si no para mi no tiene ese sabor. Creo que el problema es la estructura.

Me pareció que al autor se le olvido que debe haber introducción, nudo y desenlace, ya que lo que nos dio a conocer fue solo la intro, pero eso es solo una percepción.
Fue un cuento que se hilvano a partir de una repetición si retiramos todo lo que se encuentra en la intro, te darías cuenta que se puede leer mejor.

Si lo conoces, dile que puede jugar un poco con el orden, digamos comenzar con:

"tiene la cabeza pesada. Con la frente apoyada sobre la piernas encogidas quisiera poder dormirse. Los oídos le comienzan a zumbar. La boca le sabe amarga y empieza a vomitar."

Quizás el uso excesivo de nombrar la supuesta culpabilidad del asesino en el comienzo le ha restado la fuerza al contenido, pero se puede escribir de otras maneras, sin nombrar al culpable, si no mas bien crear el escenario propicio y la sospecha en la lectura:

El hijo de María entró por la puerta que da a la calle, una madrugada por la puerta entreabierta sin que nadie lo notara. Un indio, hijo de un tal José y de una María, entró a las seis de la mañana.

Ya tu conoces mi tendencia a explorar textos. Aun así el material y el estilo del escritor de este relato es muy interesante, pero creo que el autor debe darle vueltas al texto, no sofocarse en terminarlo, si no en el desarrollarlo para encontrarle el mejor camino. Esto con respeto al trabajo y su autor. Si el autor logra crea un caos los lectores le podrán dar el orden y secuencia al relato.

"tiene la cabeza pesada. Con la frente apoyada sobre la piernas encogidas quisiera poder dormirse. Los oídos le comienzan a zumbar. La boca le sabe amarga y empieza a vomitar."

El hijo de María entró por la puerta entreabierta que da a la calle, una madrugada, sin que nadie lo notara. Un indio, hijo de un tal José y de una María, Se sospecha que alguien entró a las seis de la mañana.

El José, hombre de la María, la nana de ése que se entró por la puerta de la casa de los señores a las seis de la mañana de hoy temprano con un machete en la mano.

Todos nos dicen que fue él, pero nosotros no sabemos nada.

Hace días que no venía por acá, desde el domingo. Y todos esos días nosotros trabajando, ¿qué más íbamos a estar haciendo?
El olor lo empieza a sofocar y esto aumenta su rabia, la necesidad de hacerlos pagar todo lo que han hecho.
¿qué te ha sucedido? ¿por qué los cuerpos? ¿por qué la sangre? ¿quién te ha traído hasta aquí, hasta este lugar, hasta estos cuerpos ensangrentados? ¿quién te ha dejado, sudoroso y atemorizado, sobre este suelo frío? ¿quién, dime, quién?

Con el machete en la mano entra a la habitación aún a oscuras. Sobre la cama entrevé dos bultos que apenas se mueven y se detiene un momento.

Cuando llegaron los bomberos, el asesino estaba ya muerto.

Juan, el indio, hijo de José y la María, empuja la puerta entreabierta y entra.



Es decir al escrito le urge reconstrucción y jugar con su propia estructura para que el lector sea atrapado por lo desconocido, ni necesita que se le diga al lector lo que sucedió, simplemente hacer una sugerencia, hacer que la imaginación del lector comience a funcionar. Todo el material se encuentra ahí y a mi me hubiera gustado leer un cuento mejor trabajado.

Abrazos.

Alfarero.

la-filistea said...

Arte-sano:
Es cierto cabe la posibilidad de hacer una especie de entrevista/film con los "testigos"...

Goathe:
La verdad es que yo tuve la fortuna de tener varias cosas de él, que por cierto todo es una obra de arte, (quizá imposible de explicarlo con palabras) sus escritos vienen en sobres, uno en especial bellísimo envuelto en un pañuelo azul con un lazo, es algo verdaderamente hermoso!. Unos posters...Qué te puedo decir, es posible que haya algo de él publicado en la red.No lo sé.Por ahora tengo material suficiente para pedirle autorización y ponerlo por acá.
Yo te agradezco mucho, que me acompañes a leer a Nájera.

la-filistea said...

Alfarero:
¡Hey my friend!
Fijate que por eso hice una pequeña nota en el primer comentario, a manera de acercamiento (si se puede decir así) sobre su obra y lo que yo capté, más que todo en este cuento.

Tomando en cuenta que el cuento puede empezar incluso por el final, es decir...el lector tiene la posibilidad de ordenar los párrafos según guste, igual como vos lo hiciste.

Porque fijate Alfarero, que no viene en una sola página, sino cada uno de los renglones (como dije antes) están en hoja aparte.Los reflectores están puestos en los testimonios fundados en los que vieron a Juan, otros que no lo han visto, y lo que hilvana la mente de lo que pudo suceder...

Gracias por tu revisión.
Amigazo!!!...

La Chachi said...

Yo pensaba que ya habia comentado en este post...ya ando medio tostada...jajajaja

Bueno, el estilo de Najera no es de mis preferidos, pero es leible y ante todo, se le reconoce la innovacion. Hay gusto para todos.


Un abrazo Filis, muy interesante post.

Anonymous said...

Hola Filis:

Talvez tu hubieras colocado cada pagina por separado, tuviera el impacto deseado acercandose realmente a la intención que deseaba crear el autor.
Yo no he leído el libro, pero me parece mucho mas interesenta este mismo proyecto en este blog, si por ejemplo hubieras jugado con tu imaginación y hubieras tratado de hacer divisiones los fragmentos de páginas expuestas de forma desordenada ya sea con numerales, - números romanos - ya sea con letras, entonces este enigmático escrito podria ser explorado de distintas maneras.

Es que de la forma como ha quedado no me agradó sinceramente. No has ayudado al autor del libro.

Sería una apuesta interesante crear el cuento por nosotros mismos, es decir romper con las reglas del orden y que fuera el lector el que consiguiera una idea de lo establecido en ese enigma.

Ya tu sabes siempre hay un método para nuestra locura.

Esto me da la idea de romper con lo establecido, es decir, no tener el orden que hasta la fecha se ha considerado un método para relatar un cuento.

Un día de estos e intento hacer algo parecido aunque ya he intentado varias exploraciones de este tipo para ver que se puede crear en algunos he encontrado un gusto meter en problemas al lector!

- Que malo soy.

Abrazos.

Alfarero.