April 14, 2010

¿Por qué a mi Señor?

Algunas veces en el TLC Channel, pasan un programa de pequeños empresarios que quieren expandir su negocio, para eso tienen que dar detalles de su empresa, mostrar el producto, (para qué sirve etc) y convencer a uno de tres patrocinadores que estan dispuestos a invertir en el negocio, obviamente recibiendo un porcentaje de las ganancias, pero a todo esto, el auspiciador debe estar completamente convencido que ése negocio va a ser un éxito y esto basicamente por lo que el propietario dice.  Algunos de los concursantes se ven seguros de lo que están ofreciendo, por varias razones, una de las mas importantes es porque 'conocen el producto' y hablan muy convencidos de que no hay manera de perder si deciden inventir en su negocio. Para ellos no hay duda de que su producto revolucionará el mercado según su rama. Un pedazo de brócoli cocinado con la receta mágica del Restaurante, por ejemplo,  el concursante dá a probrar el platillo utilizando todos su encantos para llevarlo a la mesa y ¡Puta! ya convenció a uno de los auspiciadores.

Para esto tuvo que haber una previa preparación, desde las palabras exactas hasta el "body language" y ahí tenemos el resultado, un hombre que al final de la expocisión, tiene un socio, agranda su empresa y un nuevo equipo de trabajo, donde él seguira siendo el líder gracias a su visión. La tarea de seguir remando ya es cosa de él, pero el punto es que en ése momento convenció como cualquier predicador de Fe.

Hace poco fuí a una reunión de venta por catálogo de un producto que jamás mostraron. Creo que no solamente yo me salí adivinando de que se trató el asunto. Enumero lo siguiente:

1.- La presentadora habló de la Empresa a la que representa sin dar ejemplos claros del beneficio recibido por otros, (testimonios, o minimo una foto del "antes y después").

2.- Ofreció un super jugo natural (?) para bajar de peso, sin saber las propiedades de los ingredientes, es más, no sabía ni el nombre de las frutas, afirmó haber bajado 7 tallas de pantalón, todo esto a un grupo de personas que no presisamente necesitan bajar de peso.

3.- Puso un video de 7 minutos que explicaba nada. Para que viéramos si nos atrevíamos a ser parte de la empresa podíamos llegar a ganar medio millón de dólares. Para esto pasó tres revistas una de economía, otra de éxito y otra de peinados (creo) para que por nuestros propios medios entendiéramos de que se trataba. La que yo hojeé tenía un artículo buenísimo sobre el trabajo en equipo, pero cuando se le preguntó por el autor del artículo y sus libros, se quedó en la Luna.

4.- Nunca dió el precio real de lo que vendía, si alguien por educación preguntaba un precio, soltaba la frase "Ahhh esto es económico, super barato" después de tres veces nos rendimos de preguntar cuánto era lo barato. Puff!!

5.- Al mencionar que podíamos ser parte de esta maravillosa empresa donde podíamos ser nuestros "propios jefes", dijo algo que raya en lo ridículo y sin el mayor cuidado. . . "la empresa les otorga una "credit card" como beneficio, sin identificaciones oficiales".  Craso error. No era un tarjeta de crédito (creo que debió decirlo en español) sino una de  tarjeta de débito, que pertenece a la empresa y a la vez a los vendedores arriesgándose estos a poner sus ahorros en esa cuenta de Banco.
 Me sonó a pirámide.

6.- No dejó de masticar chicle; tan hábilmente, que lo escondía debajo de la lengua -supongo-, mientras hablabla. Esto, aparte de robarse nuestra atención pues hacíamos gran esfuerzo por entender, nos dejó mas incómodos. Para que al final, nos dijera que si teníamos dudas que ella podía enviar a una persona que estuviera mejor capacitada que ella. ¡Plop!*

Fueron tres horas posiblemente desperdiciadas, por ser un grupo pequeño creo que ninguno quiso ser maleducado en levantarse para no ser tan obvio. Lo importante de todo es que los del grupo aprendimos que tenemos una pequeña ramita de tolerancia que salió al rescate y no nos dejó mal parados. De que servimos de ratones de laboratorio para la exposición de esta señora no me queda la menor duda. Yo no hayaba el momento que nos metieran al cuarto de Rayos X, al menos podía ver quién tenía rota una costilla o algo por estilo que me despabilara un poco.




*Frase robada del blog de Nancy!

4 comments:

Patricia Cortez said...

Hola Filis, yo fuí una vez a algo similar, al final, nos comimos las boquitas y a la casa, nada que ver son puras pirámides, al final uno sale perdiendo

Pirata Cojo said...

Acá se dio mucho esto con membresías hoteleras, te regalaban un fin de semana para tenerte a tiro y estarte atacando durante tu estadía.

Algo escuché también de encerronas en hoteles para ofrecer productos dudosos y a quien quería salir no lo dejaban.

Algunos métodos de ventas son realmente abusivos.

Johan Bush Walls said...

Más que tolerante tuviste paciencia de santo maestra, yo me hubiera levantado a los pocos minutos, claro que yo soy un intolerante.

Salú pue.

PD. Por cierto, ya actualicé el blog pue.

Unknown said...

Nunca falta, yo una vez fui invitado a uno y me quedé sólo porque me parecía sorprendente lo malo que era. Claro, no acepte no porque fuera pirámide sino porque había que pagar para capacitaciones y eso era "raro" porque de lo primero que me dijeron fue que era el trabajo más sencillo que pudiera existir