January 11, 2018

El Padrino Parte II, digo, NO SEMOS NADA PARTE II.


Como les conté, el segundo ataque de pánico lo tuve el 16 de Septiembre del 2016, a pocos días del primero y me cagué. Pasé la noche en casi en vela y en una desesperación que los gringos llaman "despersonalization", ¿On toy quién soy?. Recuerdo que llamé en un mar de lágrimas a Beatriz Caicedo, una amiga en Guatemala y ella me decía, "Brenda, busca ayuda profesional inmediatamente, no te quedes así, ve al hospital haz algo". Jamás voy a poder pagarle el apoyo incondicional que me brindó en esos momentos de ansiedad.

Ese día me fui a otro hospital intentando recibir otro diagnóstico, cuando llegué con la enfermera que atiende en la entrada de la sala de urgencias me preguntó en qué podía ayudarme y lo único que hice fue verla, llorar y le dije, "No sé que me pasa, siento que estoy volviendome loca", "Tengo una vergüenza enorme y no sé que tengo, solo siento que estoy muriendome y no puedo controlar el miedo". Ella se levantó del escritorio fue a abrazarme y me dijo, todo está bien, ahora mismo te ayudamos, inmediatamente llegó una enfermera de casi dos metros de estatura y me dije, ¡Puta madre, con esta no puedo resistirme a la camisa de fuerza!. Me trató con tanto cariño y me llevó al área de psiquiatría.

Fue repetir una y otra vez lo mismo, no estoy drogada, ni ebria, tengo miedo, siento que  me estoy muriendo, no soy yo, no sé que tengo, mi corazón está latiendo rapidísimo, náuseas, mareos, vista borrosa, etc.

Me quitaron todo, cecular, dinero, todo. Y me acostaron en una camilla, solo pedí que dejaran mis lentes oscuros para que la gente no me viera mi dolor ni como las pestañas postizas se despegaban de mis ojos azules como el mar, o mejor dicho no quería que me vieran llorar como desquiciada. Al lado de mi cama estaba una muchacha que me preguntó si yo hablaba español, le dije que sí y me dijo: "usted tiene lo mismo que yo, ¿verdad que es feo?" "Yo dejé de trabajar porque no puedo andar sola en la calle, "tengo miedo de tener miedo" (¡Eso!), estoy con 6 meses de embarazo y vine por voluntad propia a internarme porque quiero quitarme la vida y no es justo para mi esposo ni para mi hijo, mi vida se fue completamente al vacío".

Me impactó tanto lo que dijo que entendí que lo que yo tenía apenas empezaba y si no me trataba ésto iba a empeorar y por la gran puta, yo tengo hijos, padres, hermanos, una familia que me apoya y me tengo a mi mismi y buéh... lo único que recuerdo haberle dicho fue, ánimo usted se va a recuperar, en el embarazo pasan cosas extrañas. ¿Y pues, qué más le decía, si yo estaba igual de perdida?.

Aún recuerdo la desesperación en su cara, la llevaron a uno de los pisos para internarla y solo le dije que todo iba a estar bien. Por mi camilla pasaron 7 doctores, 3 de ellos psiquiatras, diciéndome que si estaba sufriendo de algún abuso familiar, si mi vida estaba en peligro y varias preguntas que para mí eran estúpidas porque para mí ésto había aparecido de la nada. Volvieron a darme una receta de Alprazolam de la dósis mínima y que la tomara en caso de que se repitiera y que urgentemente buscara ayuda psiquiátrica.

Salí del hospital nuevamente, ya con un relajante que me ponía más en 'pánico pasivo' porque al final yo quería controlar eso desde mis fuerzas no con ansiolíticos y llamé a mi amiga Amy, otro pilar fraternal importantísimo en este oscuro túnel y ella solo me repetía que todo iba a estar bien que fuera a traer la receta y que tuviera las pastillas en caso de algo más y que por favor la llamara por cualquier cosa no importando la hora.

Sin saber que esto era el inicio de unos meses de ansiedad llegué a mi casa totalmente perdida, a veces llevaba a los niños a la escuela, a veces buscaba excusas para comprarles comida de la calle, no me daban ganas de cocinar ni de comer (todo esto en un lapso de aproximadamente un mes) y me la pasaba pensando en cuándo iba a repetirse otro episodio. No quería quedarme sola en casa, llamaba a don Filisteo al trabajo para decirle que se regresara que ahora sí me estaba dando un ataque al miocardio y uff! traía a mis amigas Bea y Amy en la bolsa del pantalón, no sé cómo aguantaron tanta chilladera en el teléfono.

Empecé a perder peso, no comía y me resistía ir al psiquiatra porque no quería ansiolíticos. Hasta que se repitió nuevamente otro ataque de pánico y este vino con toda la fuerza oscura que tardó dos días ininterrumpidos, sólo me daba respiro por media hora y empezaban los síntomas físicos, dolor en el brazo izquierdo, dolor "en el corazón", un nudo en el estómago, las rodillas se debilitaban, mi vista borrosa completamente y vértigo. Lo único bueno, si es que puede haberlo, fue que nunca tuve deseos suicidas, bueno sí, un día pensé en caminar hasta el puente Verrazano y tirarme de allí pero solo la idea del intento me aterraba, en mi caso era miedo a la muerte, recuerdo que un día le dije a don Filisteo, si alguna vez te das cuenta que voy a atentar contra mi vida, llama a la policía inmediatamente no vayas a permitir que me mate, mejor mátame a besos papasito y cogíamos... No ya en serio, se lo pedí encarecidamente y él solo me abrazaba y me decía, "ya va a pasar, tranquila, pide una cita con la psiquiatra".

Esa noche antes de ir al hospital por terapia profesional, estabamos durmiendo y que de pronto abro los ojos y empiezo a gritarle a mi esposo... ¡Me quedé ciega, me quedé ciega! Les juro, no veía nada, y él que en su vida me había insultado me dijo: "NO SEAS MENSA, LAS LUCES ESTÁN APAGADAS".

Y no posí, las luces estaban apagadas y fue allí donde me di cuenta  que mis ataques de pánico estaban arrastrando a mi familia al mismo abismo y que si no hacía algo todo iba a empeorar, si ésto pasaba en un mes qué me esperaba los próximos años de mi vida.


Entonces fui a la psiquiatría del hospital Coney Island...

-CONTINUARÁ...

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